¿COMO SONABA LA MUSICA DE LA DIABLADA EN PUNO EN 1967?

Como se sabe en febrero de 1967 junto con José María Arguedas llegó a Puno un equipo encargado de recopilar la música y las imágenes de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria.En el grupo estaba el destacado investigador Josafat Roel Pineda, quien es autor de la recolección de la música de la diablada ejecutada en esa fiesta y que puede ser escuchada en el video que presentamos. 



Proviene del CD publicado por la Pontificia Universidad Católica del Perú "Sonidos Andinos. Una antología de la música campesina del Perú". El libro que acompaña a los Cds dice que la música fue recogida por Josafat Roel Pineda en la ciudad de Puno en febrero de 1967.  


Asimismo, el libro consigna el siguiente comentario de la doctora Mildred Merino de Zela: 


"Entre la inacabable multitud de danzas propias del departamento de Puno, es seguramente la Diablada la más espectacular y la de mayor variedad de personajes o figuras incrementadas en los últimos años. Como devoción a la Virgen su inicio se pierde en la leyenda, pero se le atribuye a los mineros con un sentido mágico-religioso. 


Su origen coreográfico parece remontarse a las técnicas catequistas de los misioneros españoles en la región del Callao, en el sentido de desenvolver como teatro religioso la doctrina cristiana: se narra la lucha entre el Arcángel y Lucifer, uno y múltiple en los caporales de suntuosa capa de terciopelo recargada de pedrería e hilos de oro y plata cubiertos con desorbitantes cabezas ornadas de reptiles, cuernos y colmillos que aún parecen representar «los siete pecados capitales». Intervienen, también, los diablos menores, de petos y faldellines bordados, múltiples pañuelos y el infaltable latiguillo o enroscadas serpientes en la mano; la graciosa china diabla, único personaje femenino; el viejo de elegante y curioso traje de época; y numerosos animales, osos, muerte, calaveras, etc. 


El lujo y colorido del vestuario lo incluye dentro de los denominados trajes de luces, orgullo de los mestizos y mengua de su economía por el alto costo de su propiedad o alquiler. Propia del sector aymara, se considera diferente de la Diablada boliviana, aunque ésta parece todavía ceñirse más a su antigua estructura teatral, sobre la que se han escrito diversas obras. Danza colectiva, masculina, de predominancia gimnástica, continúa siendo un ferviente homenaje a la Mamita Candelaria en su fiesta patronal 1 o del 2 de febrero (danzas del campo) hasta su octava (danzas de los barrios citadinos). Las comparsas o grupos de danzarines bailan jubilosos, ágiles e incansables, acompañados por bandas de música aunque algunas, como la famosa "Diablada de Mañazo», prefieren el compás de las zampoñas, por un encomiable mayor apego a la tradición. 


Para tener una mejor idea de la profusión de agrupaciones que tributan este homenaje, mencionemos que en 1984 se presentaron en la ciudad de Puno las Diabladas de los barrios Porteño, Huajsapata, Bellavista, Victoria, Huáscar, Independencia y Azoguini. Como dijo José María Arguedas, en Puno todos danzan: magistrados, profesionales y empleados, maestros y alumnos, quechuas, aymaras y, como denominan otros, «la chalada» ".


Fuente: 

Romero, Raúl R. (2002). Sonidos Andinos. Una antología de la música campesina del Perú. Lima: Centro de Etnomusicología Andina / Instituto Riva-Agüero PUCP.

El libro y los CDs son accesibles en internet e incluyen además recopilaciones de la música de "Chiriguanos" y "Choquela".




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