REINO KALLAHUAYA

Grupos nómades dedicados a la recolección, caza y pesca, estuvieron en los orígenes de la civilización andina. Muestras de esa antiquísima presencia humana son las pinturas rupestres dejadas en Huiquiasa, Carachilla, Punquini, Chilcuru, #Corani y Coasa, lugares ubicados en algunos distritos de la actual Carabaya.


Como pueblo sedentario los Callahuayasse ubicaron en los espacios de la Cordillera de los Andes que mira hacia el oriente. En tanto otro grupo cercano a ellos, los Mashcos, de clara prosapia Arahuak, ocupó la parte norte de la cordillera de Carabaya entre los ríos Inambari y Madre de Dios.


Es comúnmente aceptada la afirmación según la cual el origen del pueblo #Kallawaya se remonta a la época de esplendor de la cultura Tiawanaco, desaparecida en el siglo XI de nuestra era. Luego del colapso de esta gran cultura, los Kallawaya fueron tal vez uno de los grupos que peleaban por la hegemonía en el #Collao, en especial en torno a las tierras adyacentes al lago Titicaca; lucha que cesó cuando los collas (llamados “aimaras” desde la invasión española) venidos de Copiapó y Atacama, invadieron violentamente la meseta, dominando –entre otros ocupantes de ella- a los Kallawayas y empujándolos hacia la franja de la cordillera oriental.


Los Kallawaya, antes de ser incorporados por los Incas a su organización estatal, constituían un señorío independiente, situado al norte del Lago Titicaca, en la región caracterizada por las cordilleras de Apolobamba y Carabaya. El famoso arqueólogo y antropólogo John Rowe[i], considera a los Kallawaya como uno de los señoríos aimaras coetáneos a los Lupaccas, Collas y Pacajes.


Durante el incario, los cusqueños incorporaron esos pueblo y territorio al imperio y gobernaron desde Sinchi Roca. En esa época, los amautas tenían conocimiento de las propiedades curativas de ciertas plantas y un gran número de curanderos ambulantes, esto es, los Callahuayos, se internaban en los bosques para recogerlas, ganando prestigio como médicos viajeros que recorrían regiones de varios países.


Los invasores hispánicos, noticiados de la riqueza aurífera de #Carabaya y de la no probada existencia de Paititi o El Dorado, supuestamente ubicado en el llano de la amazonia, intentaron encontrar los muy mentados fabulosos tesoros.


El primero que se internó en la abigarrada floresta en búsqueda del “País del oro y de la canela” fue Pedro de Candia que salió del Cusco el año 1538 con una expedición que llegó hasta el mismo llano amazónico. Ese viaje fue tan trágico como los que siguieron: Pedro Azures de Campo Redondo en 1538; Pedro Álvarez de Olguín 1541; Francisco Hernández de Girón 1549; Gómez de Tordoya 1561; Antón de Gasto 1562[ii].


El escritor puneño Teobaldo Loayza refiere con detalle la incursión de Pedro de Candia y Pedro Anzures[iii] en la que “habíanse muerto de hambre y enfermedad ciento cuarentitrés españoles y más de cuatro mil indios e indias y habíanse muerto y comido doscientos veinte caballos”; esto entre otros muchos datos.


“Durante la época del Coloniaje todo el espacio Kallawaya fue ex­plorado por los españoles. Y aunque sus riquezas eran iguales en sus tres rei­nos, dieron preferencia a la explotación de sus minerales, porque ellos reportaban para la corona mayores benefi­cios” y porque se trataba del yacimiento aurífero más rico del #Perú.


Es probable que producida la invasión española, los kallawayas que estaban al servicio de la corte incaica regresaran a refugiarse en sus comunidades originarias. Sus conocimientos sobre las artes curativas sobrevivieron durante la colonización. “Guardaron celosamente los secretos de sus saberes y habilidades, transmitidos de forma oral sólo de padres a hijos utilizando una lengua propia”[iv]que muchos sostienen fue el uro-puquina.


En el virreinato, los españoles supieron de la riqueza minera del altiplano especialmente de Carabaya donde establecieron uno de los corregimientos altiplánicos y explotaron en volúmenes apreciables el oro de la región.


En la época de la lucha por la emancipación, cuando el virrey Juan Antonio de Mendoza administraba el poder colonial, el carabaíno Juan Santos Atahualpa provocó la gran revolución reivindicadora de 1742. Santos era un indio noble inca de #Carabaya. Por lo demás, en 1780 Carabaya aportó con centenares de hombres para el ejército del General Vilca Apaza, que se levantó en armas desde Azángaro.


Pablo Cingolani[vi] refiere que ”Hacia el siglo XII de la era presente, organizaron su propio señorío, luego del declive del imperio teocrático de #Tiwanaku. Escribe Thierry Saignes que el Kurakazgo de los Kallawayas estaba dividido en dos mitades: la mitad superior formó la provincia de Hatun Carabaya (Carabaya La Grande; cuyos territorios hoy forman parte de la República del Perú). La cabecera era Sandia y eran importantes los pueblos de #Ollachea y de Ayapata; el señorío tenía relaciones fluidas con el Kollasuyu, hay documentos que prueban el traslado a Phara y a las minas de oro de mitimaes desde el Collao”. 


La otra mitad era Carabaya la chica, la mitad inferior, y tenía por capital a Charazani e incluía los pueblos de Moco Moco, Carijana y Camata















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