Supay Kancha o "cerco del diablo" hoy Catedral de Puno.

 

- Detalle de San Miguel Arcángel y a sus pie el Diablo.

La belleza e imponencia de la Catedral de Puno, cuando se la visita con ojo atento, deja anonadado a cualquiera. Tanto sus formas arquitectónicas, como su valor histórico, provocan un rictus de solemnidad y respeto inevitable.


El templo, que ostenta el rango de Basílica Menor, fue construido en el siglo XVII, luego de muchos inconvenientes y peripecias. Aproximadamente, se sabe, su culminación demoró unos 80 años. Los datos señalan que se inició en 1709 y se terminó en 1794.


Erigida en el llamado Supay Kancha o "cerco del diablo", la Catedral de Puno se levanta en el lado alto de la plaza, como una muestra del barroco español en claro sincretismo con la cultura andina, lo que le hace tener un carácter evidentemente mestizo.


El templo es monumental: posee dos poderosas torres de estilo romántico que, como dice el escritor Washington Cano, están “coronadas por dos campanarios más bien de estilo barroco”; su altura aproximada es de 30 metros, su ancho de 10 cada una y la portada central de 15 metros.


Dice el estudioso Alberto Parodi Isolabella que las torres “encierran una fachada de estilo arquitectónico muy rico, casi churrigueresco (del arquitecto español Churriguera)”, y que a pesar de que la fachada fue construida con roca basáltica muy dura, los alarifes de la época esculpieron “un primoroso encaje rocoso”.


De otra parte, es importante notar que sobre el portón central aparece inscrita, en el lado derecho, el nombre de Simón de Asto y la fecha de 1757 (cuando se acabó la fachada); en tanto, que en el arco de una de las puertas laterales se ve la fecha en que se acabó de construir la catedral (1794).


Ramón Gutiérrez nos recuerda, también, que en el transcurso de los decenios, varios acaudalados mineros contribuyeron con sus aportes a la obra, y que se tuvo que recurrir al obispo de la Paz, de notable experiencia en construcciones, para que enviara arquitectos de la Iglesia de Pomata a reforzar las construcciones.


El interior de la Catedral, es menester mencionar, es muy sobrio. El altar mayor, que quedó totalmente destruido en 1930, fue substituido por uno del arquitecto Emilio Hart Terré, de estilo discretamente modernizante, inspirado en la línea fundamental de la fachada del Templo.

- El arcángel Miguel.

Es el más conocido de los arcángeles. Es también el más invocado, al que más se le reza y al que más personas le piden ayuda. Esto se debe a su papel como guerrero espiritual.


Las cuatro labores del arcángel Miguel

El arcángel Miguel es, ante todo, el enemigo de Satanás. También es el ángel de la muerte ya que se dice que le ofrece a las almas la oportunidad de redimirse antes de morir. Su tercera labor es la de pesar las almas en una balanza perfecta en el día del Juicio Final. Es también el guardián de la Iglesia universal.


El arcángel Miguel en las escrituras

El nombre del arcángel Miguel significa "Quién como Dios". En las escrituras de las religiones abrahámicas, el arcángel Miguel es conocido como el líder de los ejércitos de ángeles. Es el "Jefe de los Ejércitos de Dios" en las religiones judía, islámica y cristiana. Según 1 Tesalonicenses 4, 16, tocará la trompeta el día del arrebatamiento. Su nombre se menciona tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento de la Biblia.


Atributos del arcángel Miguel

Debido estas referencias religiosas, al arcángel Miguel se le representa con armadura de guerrero o de soldado centurión. La imagen más frecuente lo muestra como el conquistador de Satanás, con el talón sobre la cabeza del ángel caído. Casi siempre lleva una espada o una lanza, pero puede también llevar una balanza, llaves o cadenas en las manos, además de un manto.


Los atributos del arcángel Miguel se refieren a su papel de justiciero, protector de los inocentes y juez de la maldad.


Simbolismo del arcángel Miguel

La imagen del arcángel Miguel se basa literalmente en los versos bí­blicos. El libro de Josué lo menciona como "Capitán de los Ejércitos del Señor" (Josué 5:13-15). Sin embargo, tiene también otro nivel de significado que refleja la condición y necesidad humanas. Cada atributo del arcángel Miguel posee un simbolismo esencial para comprender su papel en la vida del ser humano:


La imagen de un guerrero representa la defensa contra las fuerzas del mal y la oscuridad que asechan al ser humano, como la ignorancia, la inconsciencia y la esclavitud a los apegos materiales y emocionales.

Su título "Príncipe de la Luz" representa la iluminación del camino del ser humano para liberarlo de la oscuridad del miedo.

Su coraza significa la fuerza de voluntad para enfrentarse a los desafíos de la vida. Representa también la fe y la seguridad en el bien.

El casco significa invisibilidad, invulnerabilidad y potencia. Protege los pensamientos de la negatividad.

El escudo representa el universo. Es la protección que le dice a su adversario que no puede vencer al amor.

La espada representa la luz que da la fuerza espiritual. Con esta fuerza se establecen la paz y la justicia divinas. La espada también significa el arma de la verdad. Con ella se rompe el velo que crea la ignorancia.

La balanza significa la justicia, el equilibrio y el orden. En la balanza cuelgan las acciones buenas y malas, equilibradas por el amor y la bondad que redimen el alma humana.

Cuando lleva llaves, éstas representan el poder para abrir la puerta de los cielos a las almas que por medio de sus acciones, pensamientos y sentimientos se han ganado la entrada.

Las cadenas representan su poder para romper las ataduras que esclavizan al ser humano mediante los vicios y apegos.

El manto representa protección y el poder de habitar el espacio donde conviven los seres positivos y los negativos. Con él protege a los seres humanos de las vibraciones negativas de los seres malignos.

Tanto a nivel literal como simbólico, el arcángel Miguel representa la justicia y la lucha por el bien. Su papel en las escrituras bíblicas lo destaca como el capitán de los ejércitos de Dios, que son las fuerzas del bien en el universo. Su significado implica protección, seguridad, poder, superación de obstáculos y la destrucción del miedo y la duda. Por eso, el arcángel Miguel inspira al ser humano a vestirse con los símbolos de su armadura.





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