DANZANTES DE DIABLOS EN EL PERÚ
La lucha entre el bien y el mal, como una herramienta ética y moral de la sociedad colonial, se expresó de modos diversos con fines persuasivos, luyendo la teatralización de la lucha entre vicios y virtudes, tema tan recurrente en los Autos Sacramentales europeos y especialmente españoles, que tuvieron tanto arraigo en su tiempo. Algunos fueron considerados como
obras maestras de la literatura universal (Ahón 2009). Los Autos Sacramentales eran expresión además de un profundo conocimiento teológico y gozaban de la
plena aceptación de la iglesia puesto que los fines eran consolidar el poder religioso, en un mundo en el que a partir del Renacimiento se iniciaba un largo
periodo contestatario al poder supremo de Roma. En España, la teatralidad como herramienta marcaba por su naturaleza, una distancia notoria entre el vulgo y los doctor, ingresando en el terreno del teatro y lo histriónico con el fin de motivar una conducta cristiana, de temor al castigo eterno del infierno.
Sin embargo, ambos -Virgen y demonios- tienen un estrecho origen y relación con la Pachamama y Apus que en el pasado prehispánico fueron centros sagrados. Los Diablos y la Virgen María, de este modo, son expresión del mundo religioso hispánico que se adapta en el tiempo a un nuevo escenario, en el que los rostros cristianos, especialmente el de la Virgen, expresan de un modo peculiar viejos rasgos de una ideología que la iglesia colonial convirtió en
pagana, por lo tanto sujeta a persecuciones cruentas a lo largo de 500 años; sin embargo, nunca lo logró por completo. Este proceso ha sido visto como una expresión subversiva frente al orden impuesto, tema que requiere de estudios a mayor profundidad.
DIABLOS DE CAJABAMBA
DIABLOS DE PAUCARTAMBO
DÍABLADA DE PUNODIABLOS DE HUANCABAMBA
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