Maestro Artesano: Juan Alberto Velázquez Rivera y sus Máscaras de Diablada

En el tejido cultural de Puno, donde las tradiciones se entrelazan con la creatividad, emerge la figura destacada de Juan Alberto Velázquez Rivera. Este maestro artesano ha dejado su huella única, especialmente a través de las elaboradas máscaras de Diablada que han perdurado en los Sikuris del Barrio Mañazo.

Un Oficio que Trasciende Generaciones:

La destreza y el arte de Juan Alberto Velázquez Rivera se han transmitido de generación en generación. Su dedicación a la creación de máscaras de Diablada no solo refleja habilidad manual, sino también un profundo respeto por la rica tradición cultural de la región.

El Legado en los Sikuris del Barrio Mañazo:

Las máscaras elaboradas por Velázquez Rivera han encontrado su hogar en los Sikuris del Barrio Mañazo, donde cobran vida en cada representación. Estas piezas no son solo artefactos visuales; son portadoras de historias ancestrales y símbolos de identidad cultural.

La Creatividad como Testamento Cultural:

La obra de Juan Alberto Velázquez Rivera trasciende la mera creación artesanal; es un testimonio vivo de cómo la creatividad puede ser un puente entre el pasado y el presente. Sus máscaras, cargadas de detalles y simbolismo, dan voz a la Diablada y a la rica mitología que encierra.

Preservando la Esencia de la Diablada:

El trabajo minucioso de este maestro artesano contribuye a preservar la esencia de la Diablada, una danza que no solo entretiene, sino que también celebra la cultura y la espiritualidad. Cada máscara es una pieza única que captura la esencia de esta manifestación folklórica.

En resumen, Juan Alberto Velázquez Rivera se erige como un guardián del patrimonio cultural de Puno, dotando de vida y autenticidad a las máscaras de Diablada que danzan en los Sikuris del Barrio Mañazo. Su obra resuena como un eco de la rica tradición, recordándonos la importancia de honrar y preservar las expresiones culturales que dan forma a nuestra identidad. 

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